jueves, 27 de abril de 2017

¿Qué es la poesía social?


La poesía social es el nombre por el que se conoce el movimiento poético español de las décadas de 1950 y 1960. Esta poesía está caracterizada por la denuncia de las condiciones políticas y la reivindicación de la libertad.

La poesía social convive con una ley de prensa muy restrictiva. Todo lo escrito ha de pasar por un censor antes de su publicación. Las reivindicaciones de libertad de los integrantes del movimiento habrán de pasar por la mesa de los funcionarios del régimen, por lo que la mayoría no se llegan a publicar.

La poesía social tendrá un importante peso sobre la cultura española tanto de finales del franquismo como de la transición.

Los escritores de la poesía social consideran que el poeta debe mostrar la realidad del país, denunciar los problemas de la nación y apoyar a los más desfavorecidos de la sociedad. La poesía es entendida como un instrumento para cambiar el mundo.

AUTORES


Blas Otero

martes, 25 de abril de 2017

Los Garcilasistas

La poesía arraigada se caracteriza principalmente por su firme lealtad al régimen franquista. La mayoría de los poetas arraigados formaron parte de este y nos muestran en sus poemas el seguimiento del que formaron parte y la acogida que tuvo la ideología de este.

Estos autores se identificaron con el régimen franquista. Sus poemas ofrecían una visión idealizada y heroica de la vida que no correspondía con la realidad que vivía el pueblo español en ese momento.

Las odras arraigadas se viculan a través de dos revistas que se convirtieron en sus órganos de difusión estética: Garcilaso (1943) y Escorial (1940), dirigidas respectivamente por José García Nieto y Dionisio Ridruejo.

Debido al nacimiento de la revista Garcilaso,

lunes, 24 de abril de 2017

¿En qué contexto vivieron los escritores durante el franquismo?

Antes de la Guerra Civil, la literatura española estaba atravesando su Edad de Plata, una etapa que se desarrolló durante el primer tercio del siglo XX y que se caracteriza por la calidad y el protagonismo de los intelectuales. escritores y artistas de este periodo. Esta etapa se divide en varias generaciones: la del 1898, la de 1914 y la de 1927. La Guerra Civil cerró esta etapa de una forma muy traumática y ocasionó muchos cambios en la literatura que se lleva a cabo en España durante esta época. En la posguerra podemos distinguir dos tendencias literarias principales: una esteticista y conservadora, cultivada por autores próximos al régimen ideológicamente; y una existencial, que manifiesta la desesperación provocada por las guerras.

   Pocos años después de la Guerra Civil, cuando la censura franquista estaba en su máximo esplendor y muchos intelectuales se habían exiliado por temor a las represalias por parte del régimen, apareció publicada la novela Nada (1944) de Carmen Laforet. Esta novela llamó la atención tanto por la juventud de la autora, de 23 años, como por la descripción que esta hace de la sociedad de aquella época. Es una novela de carácter existencialista en la que refleja el estancamiento y la pobreza en la que se encontraba la España de la posguerra. Esta novela ganó el premio Nadal en 1945 y el Premio Fastenrath en 1949, y fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del diario «El Mundo».

miércoles, 19 de abril de 2017

Las trece rosas

Las "Trece Rosas" fueron trece mujeres de entre 18 y 29 años fusiladas contra la tapia del cementerio de la Almudena (Madrid) en la madrugada del 5 de agosto de 1939, debido a su militancia en la organización Juventudes Socialistas Unificadas y su defensa de la legalidad republicana tras el fin de la Guerra Civil Española.

Antes de ser condenadas a muerte por un Consejo de Guerra bajo la acusación de un delito de "adhesión a la rebelión", las catorce jóvenes habían sido
conducidas a instalaciones policiales, donde se les torturó para obtener información sobre otros miembros de la organización clandestina y, más tarde, fueron recluidas en el centro penitenciario de mujeres de Ventas, en Madrid, donde aguardaron hacinadas durante meses un desenlace.

Fue el asesinato de Isaac Gabaldón, comandante de la Guardia Civil, a manos de tres militantes de la JSU en la noche del 29 de julio de 1939 lo que dinamitó la punición de todos los miembros detenidos anteriormente, entre los que se encontraban 14 mujeres, de las cuales solo una se salvó de la sentencia. 48 horas después de su dictamen, las trece restantes fueron trasladadas en un camión a 500 metros de la prisión y ejecutadas por un pelotón de fusilamiento, quedando para la historia como las "Trece Rosas Rojas".

Sus nombres eran: